El Parque Nacional Pan de Azúcar, se asienta sobre un extraño territorio: es árido, pero se nutre de la humedad de las brumas marinas. Situado al norte de Chile, en la región de Atacama, cerca de Chañaral y a 200 kilómetros de Copiapó, el parque es un área notable por la variedad de especies en un sitio que a simple vista se asemeja y mucho a un desierto.
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El parque Pan de Azúcar, es un área árida donde se pueden practicar todo tipo de actividades al aire libre, desde pesca, montañismo, buceo y kayak en el mar, hasta excursiones para observación de fauna, flora y safaris fotográficos en un paisaje único en donde una de las zonas más áridas del planeta tienen su singular encuentro con el mar.
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Con un clima mediterráneo y nieblas costeras que dan sustento a la vida sorprendente que se adapta al desierto, el Parque Nacional Pan de Azúcar es ideal para visitar todo el año, aunque en verano las temperaturas son bastante elevadas. El parque se puede recorrer en excursiones breves, con zonas de cabañas y numerosos sitios de camping donde pasar la noche bajo un cielo estrellado y que es un espectáculo en sí mismo. Las excursiones dentro del parque, abarcan desde una isla conocida como Pan de Azúcar, habitada por pingüinos Humboldt, y que se puede explorar embarcado, sin descender, hasta una famosa caleta y pueblo de pescadores, un mirador, playas y muchos senderos y zonas de caminata y exploración.
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Para arribar al Parque Nacional Pan de Azúcar, se puede hacer la ruta aérea desde Santiago a Copiapó, y luego seguir por carretera hasta Chañaral. Los medios de transporte están disponibles todo el año. Desde Chañaral, en el kilómetro 968 de la Ruta 5 Norte, se puede continuar por un camino de ripio bordeando la costa, en un paisaje característico del parque, tierras áridas y cactus mirando al mar.
La mayoría de los campings, se encuentran en la zona de Playa Piqueros, Playa Soldado o en Caleta Pan de Azúcar. Sólo debemos calcular una buena reserva de agua y protección solar para recorrer el parque, y estaremos listos para deslumbrarnos con el paisaje extremo de Pan de Azúcar.